BODEGA TACAMA
El más antiguo del Perú y el primero de Sudamérica, se ufanan,
recuerdan, mencionan un nombre: Francisco de Caravantes, el pionero, el
iniciador, el español que sembró en 1540 las primeras parras en el
caluroso valle de Ica. Y se adaptaron, prendieron, echaron raíces las
cepas traídas desde las Islas Canarias. Comenzaba entonces, la
centenaria historia de un viñedo y de una tradición: Tacama.
Pasado y presente. Historia y tradición. Eso es lo que se siente en
las 240 hectáreas de la Hacienda Tacama, donde entre sembríos, vinos y
piscos, se aprende sobre el proceso de desarrollo de la industria
vitivinícola, mientras se disfruta de un ambiente distendido y
relajante. Una combinación armoniosa a menos de cinco horas de Lima.
En abril se inaugurará el primer centro enoturístico del país,
bautizado como El Tambo de Tacama, el cual ya está en funcionamiento. Su
apertura es una respuesta al creciente interés de los viajeros por
conocer la hacienda que se ha convertido en uno de los principales
atractivos de una región que es desierto, oasis y mar inspirador.
“Tenemos una opción para cada perfil del turista”, comenta Luz María
Rizo Patrón, gerente de El Tambo. Esto permite que los aficionados y
los expertos en el mundo del vino y los piscos encuentren un tour a su
medida, desde un recorrido por la bodega o una visita histórica a la
hacienda colonial, hasta el privilegio de ingresar a la sala de cata o a
una cava subterránea.
Cuatro
posibilidades. Qué tour elegir, el tradicional para conocer los procesos
de producción y degustar los vinos y piscos; el de la hacienda que te
lleva a descubrir los ambientes de la casa colonial de 1815. Tal vez el
Gran Tour Tacama, una visita inolvidable a la sala de cata; o el Don
Manuel, una aventura en la cava subterránea diseñada para el cuidado y
crianza de los vinos de alta gama de la línea.